Adolescentes más vulnerables a iniciarse en el consumo intensivo de alcohol presentan diferencias en las redes funcionales de control inhibitorio del cerebro.

  • Primer estudio en mostrar que los adolescentes más vulnerables a iniciarse en el consumo de alcohol presentan anomalías en la conectividad funcional electrofisiológica previas al inicio en el consumo.
  • Este estudio publicado en la revista “Drug and Alcohol Dependence”, ha sido llevado a cabo por el Laboratorio de neurociencia cognitiva y computacional de la UPM-UCM, en colaboración con el departamento de psicobiología de la facultad de educación de la UCM.

El consumo intensivo de alcohol, o “Binge Drinking”, es una práctica cada vez más extendida entre la población adolescente, teniendo su inicio en torno a los 14 años. Esta práctica de consumo se caracteriza por la ingesta de grandes cantidades de alcohol en cortos periodos de tiempo. Esta práctica continuada conlleva alteraciones en la integridad funcional y anatómica cerebral.

Sin embargo, una importante cuestión permanece aún desconocida: ¿Existen diferencias neurobiológicas que predispongan a ciertos adolescentes ser más vulnerables para iniciarse en el consumo intensivo de alcohol? Para dar respuesta a esta pregunta, se llevó a cabo una investigación longitudinal de dos años, en la que participaron 67 adolescentes de 14 años, sin historial de consumo de alcohol previo. Se realizó una medición de la actividad cerebral mediante Magnetoencefalografía mientras realizaban una tarea de control inhibitorio. Asimismo, se les realizó una evaluación de los rasgos psicológicos de impulsividad y conducta disejecutiva.

Representación de las regiones cerebrales con anomalías en su conectividad funcional previas al consumo.

Actualmente, el funcionamiento cerebral es entendido a través del estudio de su conectividad funcional (FC), es decir, diferentes regiones cerebrales que trabajan de forma sincronizada para realizar distintas funciones cognitivas, formando redes funcionales. Bajo este marco, se investigaron las anomalías previas al consumo en las redes funcionales de aquellos adolescentes que se iniciaron en el consumo BD dos años después, así como la relación de estas anomalías con sus distintos perfiles psicológicos.

Los principales hallazgos mostraron que aquellos adolescentes que dos años después, consumieron de forma más intensiva presentaban anomalías en los perfiles de FC previos al inicio en el consumo. Así mismo, estas diferencias se encontraron relacionadas con mayores niveles de impulsividad y conducta disejecutiva. Estas anomalías se localizaron principalmente en las redes funcionales responsables del control inhibitorio conductual.

Representación de la red funcional anómala previa al consumo. Estado de hiperconectividad entre regiones de control inhibitorio. (imagen publicada en Drug and Alcohol Dependence).

La relevancia de estos resultados radica en que podrían estar reflejando anomalías neurobiológicas 2 años previas al inicio en el consumo, potencialmente derivadas de diferencias en el curso neuromadurativo adolescente o factores genotípicos de vulnerabilidad. La identificación de estos perfiles de riesgo resulta fundamental en el desarrollo de programas eficaces para la prevención e intervención en el consumo de alcohol durante la adolescencia.

Autores de la investigación:

Luis F. Antón-Toro, Ricardo Bruña, Isabel Suarez-Méndez, Ángeles Correas, Luis Miguel García-Moreno, Fernando Maestú.

Contacto: Luisfernando.anton@ctb.upm.es

Doi: https://doi.org/10.1016/j.drugalcdep.2020.108401

Investigadores del Laboratorio de Neurociencia Cognitiva y Computacional de la Universidad Complutense de Madrid
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