Como ya se anunció anteriormente, la semana pasada comenzó el ensayo piloto de investigación, voluntario, experimental y no vinculante para la detección precoz, vigilancia y control de COVID-19.
Parte de este ensayo se lleva a cabo gracias a los biosensores desarrollados por el Grupo de Óptica, Fotónica y Biofotónica del CTB, liderado por Miguel Holgado.
La fabricación de estos kits de diagnóstico, nace desde cero en este laboratorio. En esta noticia nos centraremos en ver en detalle cómo se fabrican estos sensores ópticos.
Muchas de las estructuras nanométricas que se construyen mediante procesos ópticos/fotónicos como lo es la fotolitografía, se apoyan en un sustrato de silicio (oblea) sobre la que se fabrican las estructuras geométricas deseadas.
Partiendo de la oblea como base, se consigue depositar una lámina delgada de material fotosensible y biocompatible mediante la técnica de sping-coating. La fotosensibilidad de este material permite posteriormente “dibujar” elementos nano sobre la oblea. Su propiedad biocompatible, hace que sobre estas superficies se puedan anclar biorreceptores (proteínas) específicos a los anticuerpos del COVID.
Una vez obtenida esa capa delgada, mediante una máscara y una máquina de fotolitografía que emite luz a una longitud de onda determinada, se consigue que en las zonas expuestas a la luz se “dibujen” esas estructuras deseadas y en resto de la capa depositada se elimine.
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